Contenido relacionado con la Palabra de Dios
En verdad, es mejor obrero aquel que asegura un clavo con repetidos golpes, que aquel que desea clavar muchos, pero no fija ninguno. Difícilmente alcanzarán la conciencia tales predicadores que saltan de una verdad a otra sin detenerse en ninguna.
«Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno» (Romanos 15:20).
Es evidente que en este mundo inestable la barca de la historia se mece con mayor violencia en ciertas estaciones que en otras. Todo parece indicar que nos encontramos en una de esas temporadas.
Los holandeses han llamado al domingo “el dique de Dios”. En los Países Bajos, el dique mantiene alejados los mares amenazantes y, por lo tanto, preserva a los holandeses de la destrucción acuática.
«El que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿Cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?» (1 Juan 4:20).
«E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió» (1 Crónicas 4:10).
Otro de los ataques contra la institución familiar en estos tiempos —ataques que provienen no solo de la redefinición de familia, que pretende concebirla más allá del vínculo sanguíneo, espiritual o humano...
¿Quizás Cristo nos esté alejando de la popularidad hacia la “oscuridad”?
Rechazar con disgusto una regla santa es una evidencia de ateísmo en el corazón. Sus restos aún se hallan, en mayor o menor grado, en todo cristiano, aunque no con dominio total.
Uno de los principios fundacionales que el movimiento reformador proclamó con firmeza fue el de la Sola Scriptura, según el cual la Escritura es la única regla infalible de fe y práctica.