DEBERES MINISTERIALES ESTABLECIDOS Y APLICADOS Por John Angell James
Por Octaviws Winslow (1841)@ibrSuba.org Capítulo 1: Decadencia incipiente “El rebelde de corazón” (Proverbios 14:14) Si hay una consideración que humilla más que otra a un creyente de espíritu espiritual, es que, después de todo lo que Dios ha hecho por él, después de todas las ricas demostraciones de su gracia, la paciencia y ternura de […]
Por Archibald Alexander, 1844@ibrSuba.org Puede ser difícil explicar el hecho de que el poder de Dios siendo suficiente para perfeccionar al pecador en la nueva creación, como para implantar un principio de vida espiritual, este haya dejado la obra imperfecta; y que esta imperfección, según los hechos de la Escritura y la experiencia, continúe durante […]
UNA CADENA DE PRINCIPIOS TEOLÓGICOS Por John Arrowsmith, D. D DISERTACIÓN 2
UNA CADENA DE PRINCIPIOS TEOLÓGICOS O, una colección bien organizada de dichos y discusiones, en la cual se afirman y desarrollan los aspectos primordiales de la religión cristiana. Por John Arrowsmith, D. D
LA LOCURA DE MIRAR ATRÁS AL HUIR DE SODOMA Por Jonathan Edwards (mayo de 1735).
Una religión autocomplaciente no tiene nada en común con la cruz del Señor Jesucristo; o con esa cruz nuestra que Él nos ha ordenado que tomemos y llevemos tras Él, renunciando a la comodidad y negándonos a nosotros mismos.
EL PRIMER AMOR SE FUE Por Hortius Bonar «¡Has dejado tu primer amor!» ¿Y por qué? ¿La frialdad empezó por mi parte o por la tuya? ¿He sido para ti un desierto o una tierra de tinieblas? ¿Qué iniquidad o crueldad has encontrado en mí para justificar tu cambio? ¿Puedes señalar una palabra o un acto mío como excusa para el alejamiento de tu corazón? ¿Me he vuelto menos amable, menos amoroso? «¡Has dejado tu primer amor!» ¿Y qué o a quién has sustituido? ¿Ha cesado tu poder de amar y tu corazón se ha contraído? ¿O hay algún “segundo amor” que ha usurpado el lugar del primero?
SEÑALES DE LA ELECCIÓN Por Jorge E. Castañeda Sin embargo, el apóstol Pablo escribiéndole a los Tesalonicenses hizo una declaración de lo más relevante: «Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección» (1 Tes.1:4). ¿Cómo es esto posible? ¿De qué manera el apóstol pudiera conocer algo que reposa en el secreto divino? ¿Por qué osaría a afirmarle a un grupo de personas que conocía que habían sido elegidas por Dios para salvación?